A pesar de estar llorando, Nagore le sonrió, fue una sonrisa extraña. Una sonrisa perdida en un rostro triste.
domingo, 25 de octubre de 2009
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Para escribir en un espejo sólo hacen falta dos sombras, y no más. ¿No lo entiendes? Ven, te lo demostraré, pero no creas que la fuente es la que llena de estrellas el cielo contaminado de luz. Las sombras no vienen de ahí.